Con dos campanazos y lágrimas de familiares y amigos fueron trasladados los restos de la arquitecta Leslie Rosado hacia el cementerio.
Rosado fue asesinada el pasado sábado por el cabo de la Policía Nacional Janli Disla en un confuso incidente.
La carroza fúnebre guió a decenas de vehículos hacia el Jardín Memorial para que sus seres queridos la despedieran por última vez.
Durante el trayecto, varios ciudadanos se apostaron en las aceras de distintas intersecciones, persiguiendo con la vista el desfile fúnebre.
Entre lágrimas y acompañado de sus tres hijas, José indicó que no hay palabras para despedir una hija y que para él Leslie no era cualquiera porque era amorosa.
“No hay palabras para despedir a una hija, Leslie no era cualquiera, era una hija amorosa”.
Aseguró que su hija no debió de estar en ese ataúd y que no debió de irse.
“No sé si hice poco por ella, no sé qué paso, pero no debió de estar ahí, ella todo me lo contaba”.
Agradeció a los pastores Marcos Yaroide y Laura Cárdenas por el amor y entrega a su hija.
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