Una joven identificada como Chiara Petrolini de 22 años, residente en Vignale di Traversetolo, un pueblo del norte de Italia, fue colocada bajo arresto domiciliario tras el descubrimiento de los cuerpos de sus dos hijos recién nacidos en el jardín de su casa.
La joven mantuvo oculto su embarazo y cuando dio a luz enterró vivo a su bebé recién nacido en el jardín de su casa. La estudiante universitaria de 22 años ahora está siendo investigada por la Justicia. El detalle macabro que coronó el horror, fue que sólo dos días después de cometer el presunto crimen, viajó a Nueva York con su familia.
El impactante caso se registró en el pueblo italiano de Traversetolo. Todo comenzó cuando el perro de la abuela de la acusada desenterró el cadáver del recién nacido el pasado 9 de agosto en el jardín de la casa de su nieta. La policía intervino y al revisar el terreno encontraron los restos de un segundo bebé que todavía no lograron identificar.
La chica fue identificada como Chiara Petrolini, era estudiante universitaria pero también trabajaba como niñera en sus ratos libres. Las pruebas de ADN realizadas al primer bebé confirmaron que Perolini era su madre, por lo que la joven fue detenida acusada de asesinato premeditado y de ocultar el cuerpo, según informó el diario Il Messaggero.
Este último hallazgo había sido mantenido en secreto mientras se desarrollaban las investigaciones. Un juez de Parma accedió a la solicitud de la fiscalía y ordenó el arresto de la joven, quien enfrenta acusaciones de homicidio voluntario y ocultamiento de cadáver, mientras se espera el análisis del segundo cuerpo encontrado. La acusada, que estudiaba Derecho y trabajaba como niñera, era conocida por su amabilidad en la comunidad, donde nadie se percató de su embarazo, incluyendo a su novio, quien también afirmó desconocer la situación.
En una conferencia de prensa, el fiscal Alfonso d’Avino reveló que las investigaciones indican que la joven había tomado la decisión de que el segundo niño no sobreviviría al parto, comportamientos durante el embarazo como el consumo de alcohol y marihuana sugieren una grave falta de preparación. El fiscal describió el suceso como «dramático y desolador», enfatizando la pérdida de dos vidas y el impacto en la familia de la joven, así como en su pareja, quien ha enfrentado dos pérdidas paternales.
Según las investigaciones, el segundo nacimiento ocurrió en soledad en el sótano de la vivienda, y el cordón umbilical fue cortado con tijeras halladas en la cocina. Además, se evidenció que la joven mantuvo en completo silencio su estado durante todo el embarazo, sin buscar atención médica.
Tras el parto, la joven continuó con su vida, planificando actividades como una visita a la esteticista y salidas a diversos locales antes de marcharse de vacaciones a Estados Unidos. La Fiscalía ha subrayado la gravedad del caso, que plantea importantes interrogantes sobre la salud mental de la acusada y las circunstancias que rodearon estos trágicos eventos.